Las Madres hemos recorrido un largo camino que se inicia un 30 de abril de 1977, en plena dictadura militar, a instancias de Azucena Villaflor de De Vincenti, cuando catorce mujeres hacen pública la desaparición forzada de sus hijos a través del accionar genocida del terrorismo de Estado.

lunes, 30 de junio de 2014

RESEÑA - DONACIÓN DE LA “COLECCIÓN MARÍA ADELA”



Fecha de la donación: 5 de junio de 2014 
Lugar: Archivo Nacional de la Memoria.

La hija de María Adela hizo entrega de la “Colección María Adela”, que perteneciera en vida a María Adela Gard de Antokoletz, una de las Madres fundadoras de nuestro movimiento desde el 30 de abril de 1977. Se trata de documentos en soporte papel y DVDs, retratos, láminas, libros dedicados a María Adela, medallas, premios consistentes en placas y diplomas, discursos manuscritos o mecanografiados redactados por ella, objetos diversos.

Recibió la Colección en primer lugar la Lic. Corina Norro, Coordinadora de los Fondos Documentales CONADEP-SDH, quien ayudada por su auxiliar Lucas llevó las cajas al despacho del presidente del Archivo, el abogado y ex preso político Ramón Torres Molina. (Por qué no decirlo: Corina es ahijada de María Adela Gard, y no evitó comentar: “Por suerte ahora no lloro; ya lloré toda la tarde de ayer”. El cariño sigue tan presente como en vida de María Adela)

Tras la doble firma del convenio correspondiente, la charla con el Dr. Torres Molina y sus colaboradores recorrió la importancia de preservar los archivos que las Madres mantienen en sus hogares, la conveniencia de establecer convenios para preservar  también diversas colecciones institucionales, la posibilidad de trabajar juntos –Madres y Archivo- sobre las numerosas cajas que conservan documentos de FEDEFAM –Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos-, las que se encuentran tanto en nuestras oficinas como en las de nuestros hermanos de la Asociación de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas.

Pero además la charla ahondó en la pasión que implica el trabajo de archivar estos y otros documentos similares, las formas en que la memoria va conformando nuestra identidad y la del país, el afecto que se le tenía a María Adela Gard, el respeto que implica preservar los documentos de una persona que ha dado su lucidez y sus fuerzas al movimiento de derechos humanos y, en particular, a la búsqueda de su querido hijo Daniel, detenido desaparecido, y de todos los hijos. Como sus compañeras, María Adela detuvo su búsqueda de Verdad y Justicia sólo ante el umbral de la muerte. Pero sigue sembrando memoria.

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