En mi exilio en Madrid una amiga me habló de una Madre
gallega que buscaba a su hijo detenido desaparecido. Conocerla fue adoptarla;
es decir, instalarse una misma como una hija afectiva de Carmen.
Esta gallega-argentina aguerrida, sabia aunque no tuviera
estudios, consultada por compañeros militantes
gracias a su fuerte sensatez y su visión política clara, iba por sus
mundos –España y la Argentina- casi bailando. Pese a los pesares, la alegría la
habitaba. Podía hablar con el entonces Defensor del Pueblo Joaquín Ruiz-Jiménez
o con el ex alcalde de Madrid Enrique Tierno Galván con igual campechanía que
conmigo o con un casual compañero de bar. Tenia en el corazón una campanita
que tintineaba de pesar ante la
injusticia, de compasión ante el sufrimiento, de solidaridad que nunca
claudicaba. Tierna y bien plantada: su gesta, como la de otros gallegos fuertes
como árboles, sigue despertando admiración. Ojalá también despierte emulación.
No daba importancia a preparar de algún modo sus últimos
años; decía que había que dejar suceder lo que fuere. Y la otra campana, la que
llama a habitar otra dimensión, sonó después de una manifestación en Córdoba de
la cual volvía, fiel a su placer: el de perseguir ideales bien concretos. Genio
y figura, Carmen, Carmiña, que se había
alojado en mi casa pocos días antes de que esa campana sonara, hizo
brotar en una tía mía la frase que no sorprende: “Carmen, vos nos alegrás la vida”.
Era así: la vida es mejor con Carmiña en vida o en la viva memoria.
Dios bendiga al ex Cónsul José Luis Dicenta, que nos la
preservó.
María Adela Antokoletz
Hija de María Adela Gard de Antokoletz, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora
y hermana de Daniel Antokoletz, detenido desaparecido el 10 de noviembre de 1976