Las Madres hemos recorrido un largo camino que se inicia un 30 de abril de 1977, en plena dictadura militar, a instancias de Azucena Villaflor de De Vincenti, cuando catorce mujeres hacen pública la desaparición forzada de sus hijos a través del accionar genocida del terrorismo de Estado.

lunes, 11 de abril de 2016

Minicrónica Carrera de Miguel, Bariloche domingo 3 de abril 2016

CAMINANDO CON MIGUEL Y FRANCA
  
Estuvimos, Franca y yo, en la Carrera de Miguel  2016. Fue en Bariloche,  lugar amado por nuestra pequeña familia. Andrea Galaverna, Defensora del Pueblo, organizadora del evento,  había descubierto, visitando la ex. E.S.M.A., en uno  de  los carteles del predio,  que Franca había sido  andinista (trepadora y esquiadora) y luego,  en las publicaciones del Club Andino encontró su nombre, nuestra presencia.   Le preguntó a Luciano Magrini  que es músico y  colega suyo como docente en la Universidad local, también organizador de esta carrera que recuerda al joven atleta  maratonista, si la había conocido. “Claro  fue como una hermana”  y de hecho los Magrini y los Jarach son amigos de por vida. Fue así como este año hubo “dos historias dentro de las 30 mil”.  El afiche con las dos fotos, Miguel en su atuendo de corredor, Franca  invernal con el de esquiadora.  Para mi  fue  una gran emoción y hubo varios  encuentros  con estudiantes  y ciudadanos, hermosos, como siempre, los que tuve con los adolescentes de los secundarios y con los niños de la primaria. Imágenes fotográficas  en una muestra  armada por Florencia Magrini  relataron a  Franca  en Bariloche: niña trepando en roca y el blanco de la  nieve  y de los hielos.  En  la universidad  con la presentación de un valioso proyecto de Paseo de la Memoria y lo más maravilloso, desde  luego,  la Carrera de Miguel, con una multitud de corredores de todas las edades compartiendo el empeño de la Memoria de lo que no debe ser olvidado.  Al lado de Elvira, hermana de Miguel, compartí, compartimos ese fuerte  compromiso  de recuerdo y homenaje.  Dos historias de jóvenes  entre miles  que corrieron y caminaron  por idénticas metas: un mundo mejor, con iguales oportunidades para todos.   Mirando todos hacia delante: ellos, siempre presentes, y nosotros.  Dispuestos  a vencer obstáculos  y esforzándonos todo lo  posible.   Nosotros hoy,  tratando de seguir sus caminos, sostenidos por esas potencialidades quebradas por la dictadura cívico militar, que creyó que todo iba a borrarse al cortar esas jóvenes  vidas, sin sospechar siquiera que hay fuerzas e ideales que se prolongan más allá de la humana y mortal existencia.  En nuestro caso, las madres  ya no podríamos valernos de resistencia física y capacidad deportiva pero hay otras formas de “resistencia” y de “voluntad” que nos animan  a avanzar.
Y hubo música. Una canción para Miguel, sorpresa conmovedora para Elvira  y nos abrazamos.  Para mi hubo un fogón y más y más canciones, junto a algunos viejos amigos y muchos compañeros más. Elvira se había ido.  El lugar,  un jardín hermoso  lleno de árboles, esos árboles que Franca amaba y que trato de que se planten en  muchos  lugares en recuerdo de esas vidas.  Nos convidó  en su  casa Marcela Cevallo y el lugar, en los Cohihues, tiene  también  que ver con  ese pasado de  valiosos recuerdos de vida compartida en familia con los buenos amigos que la vida nos donó.

  Me acompañó además una de mis sobrinas, Dori,  que  es, ella  también, una amante de la montaña, y su  nieta Sofía, de 10 años que, en esos intensos tres días  se contagió de ese amor.  Todos, grandes y chicos, lo vivimos unidos por esas consignas de Verdad, Justicia y Memoria, a las que estoy sumando otra que considero esencial  para ese Nunca Más al que aspiramos y que es: NUNCA MÁS EL SILENCIO.

                                         Vera Jarach
Madre de Plaza de Mayo, Línea Fundadora.