Las Madres hemos recorrido un largo camino que se inicia un 30 de abril de 1977, en plena dictadura militar, a instancias de Azucena Villaflor de De Vincenti, cuando catorce mujeres hacen pública la desaparición forzada de sus hijos a través del accionar genocida del terrorismo de Estado.

sábado, 30 de marzo de 2013

VIA CRUCIS ECUMÉNICO ECUMÉNICO POR LA MEMORIA, LA VERDAD Y LA JUSTICIA - En el contexto del 24 de Marzo, Predio de la ex ESMA.

Unas 70 personas nos congregamos en el Espacio Patrick Rice, convocadas por  el Grupo En Memoria del Pueblo -de la Iglesia Santa Cruz-, la Comunidad Pentecostal Dimensión de Fe y las Fraternidades Laicas Carlos de Foucauld. Todo comenzó allí con un hermoso acto de reflexión, oración y ofrecimiento, mientras encendíamos velas que depositamos en cruz en el suelo. Con su luz en la mano, nuestra compañera Beatriz Lewin leyó este párrafo de un libro de oraciones, “El Libro del Templo”:

“Feliz el fósforo que se consume al encender la llama. Feliz la llama que arde en secretos corazones. Felices los corazones que dan con dignidad su último latido. Feliz el fósforo consumido que encendió la llama”.

Salimos de la capilla. Tras otras palabras pronunciadas en la explanada ante la puerta del Espacio, y según escribe René Flores, de la Fraternidad y miembro del Colectivo Memoria Militante, “Caminamos entre árboles y hojas secas, cerca de edificios que encerraban horas de horror y vidas encerradas. Y pudimos cantar:
Los que mueren por la vida,
No pueden llamarse muertos,
Y a partir de este momento,
Es prohibido llorarlos,
Que se callen los redobles,
En todos los campanarios,
Vamos cumpa carajo,
que para amanecer,
no hacen falta gallinas,
sino cantar de gallos”

Cada parada un recuerdo, una reflexión, un pedido de investigación y justicia, un compartir una historia.

"Ayer hubo una noche. Hoy hay luces y sombras. Mañana tenemos que empujar al sol para que llegue un nuevo DÍA"

En una de las estaciones, Beatriz Lewin continuó leyendo párrafos, de hondo sentido:

“Los jóvenes desaparecidos no hablan. Ellos pertenecen a la silenciosa memoria de Dios. Sin embargo, se los escucha en las casas, en los templos, en el viento, en las calles. Poseen un silencio que habla por ellos en la noche.
Dicen: Somos jóvenes. Hemos muerto. Recuérdennos.
Dicen: Nuestras muertes no son nuestras, ahora son de ustedes, y ustedes les darán sentido.
Dicen: No podemos decir si nuestras vidas y muertes son por la paz o por una nueva esperanza o por nada; tan sólo ustedes deberán decirlo”.

Siguió René: “Paramos frente al Casino. Allí donde amanecieron a muchos de los nuestros. Allí, con las guitarras y voces se pudo escuchar:

"Hay que seguir andando,
muchos no están,
y el corazón siente el vacío,
ellos están junto a nosotros,
su sangre canta en nuestras cuerdas,
este es el tiempo del Hombre Nuevo".

El cierre se realizó, a metros del ex Casino de Oficiales, en el espacio que recuerda a Rodolfo Walsh, cercado por la intervención "Carta Abierta de un escritor a la Junta Militar”, “realizada sobre una idea del artista plástico León Ferrari, quien fue amigo de Walsh. Se trata de una estructura de 14 paneles con forma de biombo, realizada en vidrio y acero, donde está reproducida la carta del periodista y escritor, con la misma tipografía de la maquina de escribir Olympia con la que Walsh escribió ese texto, un día antes de su asesinato”

Y terminó René: “Al cierre de las estaciones fue un compartir las muchas luchas, desde los rincones de las esperanzas”.


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