Lugar: Archivo Nacional de la Memoria.
La hija de María Adela hizo entrega
de la “Colección María Adela”,
que perteneciera en vida a María Adela Gard de Antokoletz, una de las Madres
fundadoras de nuestro movimiento desde el 30 de abril de 1977. Se trata de documentos
en soporte papel y DVDs, retratos, láminas, libros dedicados a María Adela, medallas,
premios consistentes en placas y diplomas, discursos manuscritos o
mecanografiados redactados por ella, objetos diversos.
Recibió la Colección en primer
lugar la Lic. Corina Norro, Coordinadora de los Fondos Documentales
CONADEP-SDH, quien ayudada por su auxiliar Lucas llevó las cajas al despacho
del presidente del Archivo, el abogado y ex preso político Ramón Torres Molina.
(Por qué no decirlo: Corina es ahijada de María Adela Gard, y no evitó
comentar: “Por
suerte ahora no lloro; ya lloré toda la tarde de ayer”.
El cariño sigue tan presente como en vida de María Adela)
Tras la doble firma del convenio
correspondiente, la charla con el Dr. Torres Molina y sus colaboradores
recorrió la importancia de preservar los archivos que las Madres mantienen en
sus hogares, la conveniencia de establecer convenios para preservar también diversas colecciones institucionales,
la posibilidad de trabajar juntos –Madres y Archivo- sobre las numerosas cajas
que conservan documentos de FEDEFAM –Federación Latinoamericana de Asociaciones
de Familiares de Detenidos Desaparecidos-, las que se encuentran tanto en nuestras
oficinas como en las de nuestros hermanos de la Asociación de Familiares de
Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas.
Pero además la charla ahondó en la
pasión que implica el trabajo de archivar estos y otros documentos similares,
las formas en que la memoria va conformando nuestra identidad y la del país, el
afecto que se le tenía a María Adela Gard, el respeto que implica preservar los
documentos de una persona que ha dado su lucidez y sus fuerzas al movimiento de
derechos humanos y, en particular, a la búsqueda de su querido hijo Daniel,
detenido desaparecido, y de todos los hijos. Como sus compañeras, María Adela
detuvo su búsqueda de Verdad y Justicia sólo ante el umbral de la muerte. Pero
sigue sembrando memoria.
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